Tal vez has visto en películas o fotografías a un agricultor rociando las plantas mientras carga una mochila en su espalda, lo que hace es aplicar un herbicida. Este tipo de producto agrícola es para controlar el crecimiento y proliferación de las malas hierbas. Mantener en buen estado la tierra donde se siembran y cosechan los alimentos es una tarea ingeniosa para el agricultor, y por eso antes de plantar y regar, debe asegurarse que el suelo esté libre de cualquier mala hierba que podría impedir el buen crecimiento de los frutos afectando su calidad.
Previo a ello, así como cualquier técnico o profesional que debe hacer una actividad delicada, el agricultor debe cumplir con protocolos, específicamente medidas de seguridad: utilizar guantes, gafas, botas, un traje especial y el equipo adecuado para realizar la aplicación (aspersión).
Generalmente con 2 o 3 litros de herbicida –que se diluyen entre 80 y 100 litros de agua- mantendrán toda una hectárea libre de malas hierbas. Esa cantidad es suficiente para aplicarla en una o dos ocasiones -un mes antes- de sembrar las semillas.
Al eliminar las malas hierbas, el agricultor procura que el agua y todos los recursos que necesitan las semillas sean aprovechados, garantizando una excelente cosecha para que tú y tu familia tengan las mejores frutas y verduras en su mesa.
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Fuentes:
Plan Agropecuario. Ing. Agr. Enrique Marchesi (Ausid); Ing. Agr. Mario Pauletti (Calol). El correcto uso del Glifosato. En www.planagropecuario.org.uy/publicaciones/revista
Agroietal3 Actividades pedagógicas de agricultura. Manejo de equipos de aspersión terrestre (Junio 12/15). En agroietal3.wordpress.com