Para cerrar el invierno con broche de oro y arrancar la primavera con una explosión de sabor te recomendamos que siembres chiles en tu huerto urbano. Los chiles comestibles, en una variedad muy cercana a la que hoy consumimos, se cultivaron por primera vez en México, en la zona occidental, hace más de 6,500 años. Pertenecen a la familia de las solanáceas, al igual que los tomates y las berenjenas, y son los precursores de los pimientos (en realidad, unos chiles que se dulcificaron una vez que fueron sembrados en el Mediterráneo).
Hay pocos cultivos para los que el invierno es propicio. Para el chile, sin embargo, es una temporada adecuada. Lo ideal es sembrar los semilleros hacia el final de la temporada fría de tal forma que la planta pueda crecer conforme va subiendo la temperatura. Si las temperaturas descienden mucho por la noche es recomendable usar un semillero de “cama caliente” (un cajón de madera o plástico al que se le añade una cobija para crear un entorno de vivero). En unas pocas semanas germinará la planta y se podrá trasplantar con el tronco bien enterrado para que no se tuerza al nacer los frutos.
Cuando empiece la primavera, el chile comenzará a estar fuerte y crecido. Los chiles se dan mejor en una temperatura media de entre 20 y 22º C; requiere que le dé muy buena cantidad de luz sobre todo en el momento de ser trasplantado y las siguientes dos o tres semanas. Es importante sembrarlo en un suelo con buena humedad, pero que tenga excelente drenaje (se recomienda mezclar arena o materia orgánica que permita el mejor drene del líquido). Brotarán primero las flores y luego vendrán los chiles. Muchos chiles cambian de color conforme maduran, y mientras más intenso sea su color, más picante será (como el habanero y el piquín). La siembra puede hacerse también en macetas. Sólo tienes que verificar también en ellas el correcto drenaje y la disposición en que las colocarás.
El calor hace que los chiles maduren más y que concentren más la capsaicina, el alcaloide que le da su distintivo picor. Así que puedes elegir la época en la que cosecharás según la intensidad que desees. De cualquier manera, cuando los chiles están lo suficientemente maduros, caen por sí solos de la planta. Esto también es una ventaja: puedes colocarlos en una ristra y dejarlos a secar en la cocina de tu casa. Podrás emplear esos ejemplares deshidratados como condimentos molidos o fritos.
Los chiles tienen beneficios para la salud si son consumidos con moderación y cuidado. Tienen altas dosis de vitamina C y son estimulantes del metabolismo, ayudando a quemar grasa.
En México hay una amplia variedad de chiles de sabores, colores, tamaños y picores muy diversos, lo que te permitirá elegir la que más se te antoje o combinar varias en tu huerto doméstico o comunitario para cosecharlas y preparar acompañamientos, platos principales o salsas de enorme sofisticación, como el mole.