La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en su apartado de estadísticas FAOSTAT permite conocer estimaciones de la cantidad de población económicamente activa en la agricultura de algunos países.
En México durante el año 2014, la población dedicada a la agricultura fue de 7 millones 720 mil personas. De ese total, la población masculina representó poco más del 87% con 6 millones 738 mil varones; mientras que la población femenina representó el 12% con 982 mil mujeres.
Para el 2015, el total de la población activa en la agricultura será de 7 millones 622 mil agricultores, cien mil personas menos dedicadas a esta actividad.
La FAO estima que para el 2020 la población económicamente activa en la agricultura será de 7 millones 99 mil personas, más de cien mil personas menos, generando afectación en la actividad en nuestro país.
Feminización del trabajo de campo
La vida del campo agrícola padece una transformación no sólo por hábitos alimenticios, cambio climático o políticas públicas, sino por la mayor inclusión de la mano de trabajo femenina.
Un número creciente de viudas y huérfanas se convertirán en las cabezas de familia de hogares agrícolas y en las principales proveedoras de mano de obra en las explotaciones familiares.
Es probable que esta tendencia continúe e incluso se acelere debido a la elevada migración masculina.
Evidencias provenientes de todo el mundo, según la FAO y UNIFEM, han demostrado que cuando las mujeres tienen más influencia en las decisiones económicas, sus familias destinan una mayor cantidad de ingresos a la alimentación, la salud, la educación, la ropa y la nutrición de los niños, hechos que favorecen a esta tendencia.
Mejores condiciones, mejores alimentos
El panorama mundial a largo plazo sobre la inocuidad y abastecimiento de alimentos es cada vez más estudiado y debatido. Iniciativas de gobiernos y ONGs concluyen que con mayor apoyo al campo, los agricultores producirán más y mejores cultivos, sus actividades diarias se eficientarían, así como el uso de recursos y podrían mejorar su calidad de vida, convirtiéndose esto en una cadena que impactaría positivamente en el consumo de alimentos de todos los niveles (regional, nacional y mundial).
Según la Oxfam, al menos 70% de los alimentos que el mundo consume cada año proviene de los campesinos rurales y urbanos. Por lo que se podría concluir que sólo los campesinos tendrán acceso a los recursos que el mundo necesitará para alimentarse en 2050.
Fuentes: FAO. Fao estadísticas. En www.faostat3.fao.org
El futuro de la agricultura, síntesis del debate online. El futuro ya está aquí. ¿Quién nos alimentará? Documentos del debate de Oxfam. En www.oxfam.org