“No utilizar herbicidas y retrasar la aprobación de otros productos que los agricultores necesitan, tendrá un impacto negativo en la competitividad de la agricultura y el medio ambiente, así como en la capacidad de los países para producir alimentos seguros y asequibles”. Afirma Graeme Taylor, miembro de la Asociación Europea de Protección de Cultivos
European Crop Protection Association, ECPA.
Taylor asegura que, a pesar de su mala fama en la prensa, proteger a los cultivos con herbicidas es la clave para asegurar la producción de alimentos e incluso, para disminuir su pérdida en las cadenas de valor.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dice que, actualmente se pierde entre 26 y 40% de la producción potencial de cultivos del mundo y sin protección de cultivos este número alcanzaría 80%.
Límites del agricultor
La Agencia Europea de Sustancias Químicas declaró que no clasificó al glifosato como cancerígeno; sin embargo, los herbicidas con este componente siguen sin poder usarse en el campo. Esto se convierte en un problema para el agricultor porque limita las herramientas que necesita para cultivar.
La ECPA asegura que hasta un 40% de los cultivos en todo el mundo son destruidos por plagas y enfermedades que atacan a las plantas, lo que significa que los pesticidas protegen el suministro de alimentos.
México produce alrededor de 290 millones de toneladas de alimentos al año para abastecer a una población de más de 120 millones de habitantes, es por ello que la protección de los cultivos se vuelve fundamental para la seguridad alimentaria.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) es una práctica obligatoria en la Unión Europea desde 2014 que incluye el uso responsable de pesticidas y soluciones biotecnológicas para plantas. Se trata de un enfoque holístico para la protección sostenible de cultivos que se enfoca en el manejo de insectos, malezas y enfermedades a través de una combinación de métodos culturales, físicos, biológicos y químicos que son rentables, ambientalmente seguros y socialmente aceptables.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que fomentar prácticas de inocuidad engloba acciones concretas y, en su Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas, asegura que el gobierno de cada país debe asegurar un sistema legal para el manejo de plaguicidas. En el caso de México este se encuentra en la Ley Federal de Sanidad Vegetal.
Por eso es de gran valor que quienes están tomando las decisiones en los países, elijan lo que será mejor para las generaciones presentes y futuras.
Fuente: Food Security y OMS