La agricultura orgánica ofrece algunos beneficios a la Tierra porque busca ser amigable con el medio ambiente en todos sus procesos, pero puede llegar a afectar la salud del consumidor.
Se le llama orgánica porque sólo utiliza productos naturales, desde la preparación de la tierra, siembra, protección de amenazas como mala hierba, insectos o enfermedades en las hojas y plantas, hasta la cosecha.
Aunque en este sistema lo principal es hacer un uso respetuoso de los nutrientes del suelo y del agua, ofrece cosechas pequeñas comparadas con el rendimiento de la agricultura tradicional. Por otro lado, quienes prefieren las frutas y verduras orgánicas piensan que están cuidando su dieta, sin embargo se ha comprobado que no son más ricas en vitaminas ni minerales. Es decir: no hay diferencia alguna entre éstas y las convencionales.
Los orgánicos llegan a valer entre 10 y 25% más que los normales, y no siempre los puedes encontrar en el supermercado, además de ser menos resistentes al ataque de insectos, ácaros y/o moluscos; y a enfermedades causadas por hongos; virus y/o bacterias; y a esto se le suma que su vida útil en tu refrigerador o alacena es más corto que el de un convencional.
Lo preocupante es que si el agricultor no logra controlar las malas hierbas y/o plagas que atacan sus cultivos, estos pueden tener mudas de insectos, desechos y larvas; o bien, enfermedades provocadas por un organismo que esté en cuarentena.
Por otro lado, las frutas, verduras y cereales de la agricultura tradicional están protegidos con productos biotecnológicos que mantienen a raya las malezas, insectos y plagas.
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Fuentes:
FAO. Características relevantes de la agricultura orgánica. En www.fao.org/docrep
Notimex. Producción de alimentos orgánicos aumenta 35 por ciento anualmente. www.notimex.gob.mx
Donoso, C., Eduardo. Manejo de enfermedades en cultivos orgánicos. Producción hortofrutícola orgánica. En www2.inia.cl/medios/biblioteca