En México, el comercio ilegal de semillas provoca pérdidas por 100 millones de dólares anuales. La Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC) advierte que este problema podría intensificarse ante la crisis económica provocada por la emergencia sanitaria de COVID-19.
En entrevista con Hablemos del Campo, Mario Puente Raya, director ejecutivo de la AMSAC, explica que la piratería de semillas representa el 10% del mercado de las semillas en México. Es un fenómeno que se registra especialmente en los estados del centro, pacífico y este del país con granos falsificados de cereales y hortalizas, así como robo de semilla legal en bodegas y en las rutas de transporte a punto de venta.
“La inseguridad es muy preocupante para el sector agroalimentario y, como empresas semilleras, somos un eslabón de ese sector. El robo en carreteras, el robo en campo y en bodegas puede incrementarse ante esta crisis económica que viene y debemos trabajar para que no ocurra”, advierte.
Las semillas piratas también son aquellas que llegan al agricultor y no cumplen con los estándares de sanidad, inocuidad y calidad previsto por las autoridades, además de carecer de los elementos de identificación del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
El producto falsificado normalmente no es semilla germinable sino grano que fue pintado y se comercializa en envases originales que fueron rellenados o con etiquetado que imita a marcas reconocidas.
“La semilla pirata representa un problema para el agricultor que la va a sembrar, porque va a obtener menor producción o perdida total de la cosecha y posibles contaminaciones de sus suelo y de su parcela. Esto debido a que una semilla que no cumpla con normas de calidad y sanidad puede llevar una bacteria, virus o patógenos que al sembrarla en el suelo, permanezca en el suelo y cuando quiera volver a sembrar, afectará la siguiente producción”, comenta Puente Raya.
La situación económica puede provocar que los agricultores con dificultades para comprar producto original sean engañados fácilmente ante la posibilidad de adquirir semilla a menor costo, dice el directivo de la AMSAC.
Recomienda que los agricultores compren en centros de distribución establecidos y no en camionetas ambulantes a pie de carretera. El agricultor también debe verificar que los envases estén cerrados herméticamente y que el etiquetado identifique plenamente la variedad y las condiciones de germinación, además del nombre la empresa productora y su dirección, como requiere la Ley de Producción, Certificación y Comercialización de Semillas.
“Las semillas pirata se ofrecen como los medicamentos milagro. Falsamente ofrecen mayores rendimientos, resistencia a plagas y sequías o que la planta no se va a caer con los vientos, pero no es así”, advierte Puente Raya.
Referencias
Ley de Producción, Certificación y Comercialización de Semillas.