Las enfermedades en los cultivos, así como las malezas, plagas y moho, son problemas a los que se enfrentan todos los países y son la causa más representativa de pérdidas en la etapa de producción, sobre todo en naciones de África Subsahariana y Latinoamérica.
Los cultivos compiten contra 30,000 tipos de malezas, 10,000 especies de insectos, 3,000 tipos de nematodos y una amplia gama de enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus. La labor de los agricultores incluye cuidar de ellos con las mejores tecnologías para que sus depredadores no terminen con el alimento de todos.
El daño causado por plagas y enfermedades puede afectar sólo algunas plantas y ser controlado a tiempo o tener un impacto mayor y ocasionar la pérdida de la producción completa de un agricultor. Esto significa que la seguridad alimentaria puede verse amenazada si no se actúa con antelación.
¿Qué hacemos para no desperdiciar más alimentos por enfermedades?
Mientras los agricultores luchan contra las plagas que atacan los cultivos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) encabeza las iniciativas para lidiar con el problema del desperdicio de alimentos ocasionado por el detrimento de los cultivos provocado por hongos, bacterias y otros factores.
Trabaja con los pequeños productores con alternativas de tecnología de preenfriamiento y almacenaje que alarga la vida de los alimentos. También, creó la campaña Save Food y la Iniciativa Mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, así como el Programa de Sistemas Alimentarios Sostenibles para reducir los contaminantes que causan los sistemas de producción alimentarios.
Por su parte en Europa y Asia Central, se trabaja con la sensibilización de los consumidores para promover patrones de consumo más respetuosos y saludables.
En América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también busca sensibilizar a la población con respecto a la administración de los alimentos en todos los ámbitos sociales. El objetivo, es encontrar un equilibrio que reduzca la brecha social y permita que todos puedan satisfacer el derecho a la alimentación.
Sin Desperdicio, la plataforma del BID impulsa cuatro ejes de trabajo para frenar este fenómeno que afecta a millones de personas; proyectos innovadores, políticas públicas a nivel tanto nacional como local, generación de conocimiento y hábitos de consumo responsable. Todo esto con el objetivo de aplicar tecnología para la reducción de pérdidas y desperdicio a lo largo de toda la cadena, desde la producción hasta el consumo.
Fuente: FAO