Más de la mitad de una siembra o incluso la totalidad de ésta se puede perder cuando la maleza crece sin control y domina el terreno. Al apropiarse del agua y de los nutrientes que el agricultor había designado para su producción, las malas hierbas impacta de manera negativa el rendimiento agrícola.
En México, en cultivos como el arroz, la afectación puede ser entre 85 y 100% de la producción. En el frijol el daño es del 60 al 70%. En el trigo varía entre 30 y 95% y para el maíz es entre 60 y 100%, de acuerdo con la Sociedad Mexicana de la Ciencia de la Maleza (SOMECIMA), una organización que difunde investigaciones de control biológico.
Cuando no se utilizan herbicidas como parte de un paquete tecnológico agrícola, las malezas afectan a 34 de cada 100 cultivos, esto es un porcentaje mayor al daño que provocan las plagas (18%) y las enfermedades (16%), según datos de esta asociación.
Valentín Esqueda Esquivel, integrante de SOMECIMA, ha explicado que el objetivo de los herbicidas es que las malezas no reduzcan el rendimiento de la cosecha, por lo que un uso racional y adecuado de agroquímicos no provoca afectaciones al suelo y permite que se logren las cosechas esperadas.
En su participación en el foro virtual “Mitos y Realidades Sobre el Glifosato en Voz de los Expertos”, Esqueda Esquivel se refirió a los experimentos que durante cuatro décadas ha hecho con agroquímicos para controlar arbustos, zacates y pastos.
“En 1970 se presentó el primer caso de resistencia a herbicidas en Estados Unidos. En ese entonces se vio como una curiosidad académica, porque no sabíamos cómo se iba presentar la resistencia a malezas. En México hay seis malezas resistentes a glifosato, pero hablar de resistencia es hablar de mal uso del herbicida, no de que el herbicida esté causando la resistencia”, comentó el experto.
Ante la negativa de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para renovar los permisos de importación de herbicidas, el gremio mexicano de fabricantes y formuladores de agroquímicos ha advertido que la producción agrícola caería 40% en caso de que dejen de utilizarse agroquímicos para controlar las malezas en los cultivos.
Desde noviembre de 2019, las autoridades mexicanas cancelaron los permisos de importación y actualmente se opera con el producto que entró previo a esa decisión, por lo que no habría herbicida suficiente para las próximas temporadas agrícolas, comentó el investigador Enrique Rosales Robles, en ese mismo espacio virtual.
Rosales Robles se refirió a la importancia del glifosato para los agricultores mexicanos por tratarse de un agroquímico de bajo costo que no provoca daños cuando se utiliza de acuerdo con las recomendaciones autorizadas de uso. Advirtió que en caso de que se prohíba su uso en México, los productores deberán migrar a opciones más costosas e incluso dañinas para el medio ambiente.
“Se ha hablado de utilizar vinagre como herbicida. Si bien (el vinagre) permitiría controlar malezas pequeñas, sólo tendrá efectos temporales en malezas perennes. Y para nuestra sorpresa es más tóxico que el glifosato”, comentó el investigador.
Dijo que quienes más resienten la falta del herbicida son los agricultores de algodón genéticamente modificado, en la franja que va de Mexicali al norte de Tamaulipas, pues el glifosato les ha permitido controlar las malezas perennes y proteger de mejor manera sus cultivos.
Referencias
Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC):
Mitos y Realidades Sobre el Glifosato en Voz de los Expertos.