Suecia, Austria, Italia y Francia se distinguen mundialmente por gestionar con éxito sus residuos orgánicos y América Latina no se queda atrás con su actividad en compostaje.
La mejor gestión de residuos es aquella que evita que se conviertan en basura. Y esto lo saben muy bien varios países europeos y algunos de América Latina: no sólo cuidan el medio ambiente, también generan activos económicos para sus comunidades.
El primer referente obligado es Suecia, que se distingue mundialmente por reciclar el 99 % de sus desechos y cuya gestión de residuos se enfoca en evitar la producción de basura. Por ley, los suecos separan todos los residuos reciclables en sus casas y los depositan en contenedores especiales en sus zonas residenciales, que después son llevados a las estaciones de reciclaje. Todo se recicla, se reutiliza o abona. En el caso de los residuos alimenticios, elaboran compostas que se usan para obtener fertilizantes y biogás, que es utilizado como combustible de los autobuses.
También Austria destaca por reciclar y compostar el 65 % de sus residuos. Una de sus regiones, Estiria, sobresale por la concentración de empresas que se dedican al tratamiento de residuos y biomasa para producir bioenergía.
Milán, Italia, es otra de las ciudades reconocidas por su eficaz manejo de residuos. La recolección es de puerta en puerta; esto ayuda a que se separen adecuadamente los desechos. Los orgánicos son llevados a una planta de compostaje y biometanización, situada a 70 km de la ciudad, en donde se produce abono natural para los cultivos de la zona y ahí mismo se recupera energía renovable mediante la producción de biogás.
En Bilbao, España, el césped del estadio de fútbol del Athletic Club está hecho a partir de desechos de jardines, de grandes almacenes y de residuos orgánicos urbanos. Estos proceden de los contenedores repartidos por la ciudad, que luego son llevados a una planta de tratamiento.
En Nantes, Francia, una organización llamada La Tricyclerie recoge la basura orgánica de los restaurantes de la ciudad para crear compostaje que se destina a espacios verdes y huertos urbanos, agricultores y jardines comunitarios. También en París un grupo de restauranteros se ha unido para generar biogás, producir calor y electricidad, y obtener abono para las granjas del área rural parisina a partir de sus residuos orgánicos.
En Latinoamérica destaca el caso de Colombia, donde biodigestores son alimentados con residuos orgánicos para crear biogás en zonas de escasos recursos. Estos digestores producen gas metano, usado para cocinar, y fertilizantes orgánicos, utilizados en los cultivos. También en la ciudad de Medellín se produce biogás en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales. Bolivia cuenta con plantas de compostaje con alto impacto económico y ecológico, como la de Sacaba y la de Tiquipaya.
Referencias
Austria, líder en reciclaje y compostaje
Las ciudades con la mejor gestión de residuos del mundo
Suecia recicla un asombroso 99 % de su basura