En los foros internacionales, los gusanos y los insectos comienzan a presentarse como una alternativa para mantener una dieta saludable y equilibrada. La propia Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) respalda los beneficios que estos tienen para mantener el equilibrio ambiental.
Desde 2003, las Naciones Unidas trabajan en temas relacionados con insectos comestibles en muchos países del mundo. Desde la generación y el intercambio de conocimientos a través de publicaciones y reuniones de expertos, así como la difusión en su portal web sobre insectos comestibles donde publica hallazgos sobre la contribución de estos animales a la seguridad alimentaria. Además señala que los retos para alimentar a la población mundial hacia el 2050 hacen mirar hacia fuentes alternativas de proteína que sean más amigables con el medio ambiente.
“Los grillos necesitan seis veces menos alimento que el ganado, cuatro veces menos que las ovejas y dos veces menos que los cerdos y los pollos para producir la misma cantidad de proteína”, explica la FAO en el documento “La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, a los medios de vida y al medio ambiente”.
Actualmente, en todo el mundo se consumen más de 1 mil 900 especies de insectos comestibles y la cifra va en aumento. La mayoría de estas especies conocidas se recogen directamente del medio natural. Según los datos disponibles por esa agencia internacional, los insectos más consumidos son los escarabajos (31%) y las orugas (18%), seguidos por abejas, avispas y hormigas (14%). En la lista siguen otros como saltamontes, langostas, grillos, cigarras, cochinillas, chinches, termitas, libélulas y moscas.
Tradicionalmente, los insectos eran asociados con la alimentación de países en vías de desarrollo, como ocurre con algunos ejemplos de la comida mexicana entre ellos los escamoles (larvas de hormiga), los gusanos de maguey y los chapulines. Hoy, éstos son reconocidos por su alto nivel de proteínas, minerales y fibra, así como bajo contenido en grasa. Los expertos también resaltan sus bondades ambientales, como la baja emisión de gases de efecto invernadero para su producción, pues se reproducen rápidamente durante todo el año.
La FAO también ha destacado que se trata de animales que también puede funcionar un sustituto alimenticio para los peces, lo que haría de la acuicultura una solución sostenible que disminuiría el impacto de la pesca excesiva.
REFERENCIAS
Insects for food and feed (FAO) http://www.fao.org/edible-insects/en/
Insects as animal feed (FAO) http://www.fao.org/docrep/018/i3253e/i3253e07.pdf
“La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, a los medios de vida y al medio ambiente”. (FAO) http://www.fao.org/docrep/018/i3264s/i3264s00.pdf