Limitar el uso de semillas mejoradas de algodón afectaría el desarrollo de la producción algodonera en México y provocaría el incremento del uso de insecticidas para evitar que las plagas dañen a esa industria, como ocurrió hace 30 años, advierte el especialista en biotecnología y bioseguridad, Luis Ventura.
A través de los reportes que el Departamento de Agricultura Estadounidense publica anualmente sobre la producción agrícola de varios países, Ventura sigue las autorizaciones del gobierno mexicano para usar semillas mejoradas y analiza cómo impactará a la agricultura una política pública que limite el uso de biotecnología.
En entrevista con Hablemos del Campo, el también colaborador de la publicación científica Genetic Literacy Project explica que si a los agricultores mexicanos se les niega el acceso a nuevas semillas de algodón, las aplicaciones de insecticidas serán nuevamente necesarias para cumplir con los acuerdos firmados con sus homólogos estadounidenses. “Sin la tecnología BT en los campos, no hay duda de que las plagas van a regresar”, comenta.
En 2018, un grupo de 13 biotecnólogos mexicanos publicó una “Evaluación del impacto del algodón modificado genéticamente luego de 20 años de cultivo en México”. En ella exponen que la afectación del gusano rosado (Pectinophora gossypiella) sobre los cultivos va más allá de las regiones algodoneras mexicanas, por lo que México y Estados Unidos han firmado acuerdos para eliminar esa plaga de la frontera que comparten ambos países.
Los investigadores han dado seguimiento al uso regulado del algodón biotecnológico (BT) que permitió el rescate de una industria que prácticamente se extinguió, en los años 90, a consecuencia de las plagas. En su evaluación, recomiendan al gobierno mexicano destinar mayor presupuesto a la investigación y al fortalecimiento de un programa nacional de producción de semillas.
“México cuenta con las capacidades humanas y científicas y se necesita un financiamiento constante de los objetivos a largo plazo dirigidos a una agricultura más sostenible. Esto es particularmente importante debido a la falta de posibilidades para los productores, ya que no existe una política nacional para la producción de semillas, lo que pone en riesgo no solo el algodón, sino también la seguridad alimentaria nacional”, señala el documento.
El algodón BT ha logrado erradicar casi en su totalidad al gusano rosado y evita el uso de insecticidas, a los que esa plaga ya había generado resistencia. El algodón mejorado contiene el gen de una toxina que originalmente se encuentra en la bacteria Bacillus thuringiensis y que transfiere su resistencia a diferentes plagas de insectos. Este desarrollo “no tiene ningún efecto negativo para otras especies”, han documentado los biotecnólogos.
Referencias
Evaluación del impacto del algodón modificado genéticamente luego de 20 años de cultivo en México