En Perú, hay algodón de colores. Amarillo, verde pálido, lila y una gama que va de los marrones a los rojizos. Es un algodón que presenta varias dificultades frente al algodón comercial: el riego no está regulado por la ley, hay falta de semilla certificada y dificultad para acceder a los mercados. Sin embargo, este algodón multicolor ha sobrevivido por una razón: su siembra y cultivo en granjas familiares depende de las mujeres en 90% de los casos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) rescata el testimonio de Máxima Llontop en la comunidad Huaca de Barro en Mórrope, a 20 minutos de Chiclayo, en el norte del Perú: “Siempre hemos visto este algodón. Recién hemos descubierto que es muy particular. Tenemos que cuidarlo porque puede ayudarnos a salir de la pobreza”, dice Máxima.
Ese algodón endémico o nativo es considerado patrimonio étnico-cultural de la nación. Se siembra desde tiempos precolombinos. Y de acuerdo con el estudio “Mujeres de algodón. Roles de género y participación en las cadenas de valor en Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay y Perú” es una alternativa de producción “interesante” para las comunidades.
Desde el 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el gobierno brasileño realizaron un mapeo de los roles de género en cinco países de América del Sur. De acuerdo con este estudio, las mujeres participan en toda la cadena de valor del algodón: preparan el terreno, siembran, monitorean la tierra, destruyen el rastrojo, elaboran artesanías y las comercializan.
“No obstante, se aprovechan pocas oportunidades de aumentar el valor agregado en el procesamiento de productos de algodón (artesanías) y el acceso a los mercados”, señala el documento.
Las recomendaciones de la FAO para hacer frente a la brecha de género en las zonas algodoneras se refieren a la instrumentación de mecanismos para asegurar los derechos de las mujeres rurales, al registro de datos estadísticos desagregados por sexo, así como a la articulación y capacidad de respuesta interinstitucional. El organismo internacional también insiste en desarrollar programas de regulación y fomentar subsidios que sean de fácil acceso para las mujeres.
Referencias
“Las mujeres algodoneras de Perú”. (PNUD)