En el marco del Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, conmemoración celebrada cada 28 de enero y designada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se vuelve indispensable retomar el papel e impacto de la agricultura y la forma en la que el sector atiende los retos derivados del cambio climático.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), cada año las actividades agrícolas, además de utilizar el 70% del agua dulce, son responsables de hasta el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Ante la amplia incidencia de las actividades agrícolas en la emisión de estos gases y la creciente demanda de alimentos derivada de la expansión demográfica de la población, las innovaciones y el desarrollo tecnológico enfocado en producir más con menos, se han convertido en una necesidad indispensable para afrontar los retos actuales y futuros en el sector.
Cambiando el paradigma
Si bien pareciera que el papel de la agricultura es de victimario, también es de víctima, ya que tanto pequeños, medianos y grandes productores se han topado de frente con el impacto planetario generado por el cambio climático y han tenido que tomar medidas a diferentes niveles para poder mitigar los efectos negativos en sus cultivos.
Sin embargo, el cambio de paradigma hacia prácticas sustentables y de precisión en el campo, tiene el potencial no sólo de proteger la producción de los agricultores, sino de empoderarlos como agentes de cambio frente al calentamiento global.
Algunas de las prácticas de mayor impacto positivo en la agricultura son las siguientes:
- Reducir la labranza: Con mejores soluciones para el control de malezas, los agricultores pueden reducir la necesidad de labrar, lo que no sólo reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de combustibles fósiles, sino que cuando el suelo se deja sin labrar, es más capaz de almacenar carbono, así como nutrientes y agua.
- Aumento de la eficiencia: Las herramientas digitales y las técnicas de agricultura de precisión permiten a los agricultores tener una comprensión más íntima e informada de lo que sucede en sus campos.
- Optimización de nutrientes: La agricultura es pionera en el uso de microbios, ya que algunas compañías están desarrollando este tipo de organismos para enriquecer los cultivos, ya que pueden ayudar a las plantas a aprovechar y utilizar los nutrientes y el agua de manera más eficiente.
- Detener la deforestación: Al desarrollar soluciones que ayudan a los agricultores a cultivar lo suficiente en menos tierra, la agricultura está trabajando para preservar los hábitats naturales, incluso encontrando formas de ayudar a los productores a identificar áreas en sus tierras que agregarían más valor a su operación como un espacio para la biodiversidad.
Prácticas agrícolas para el futuro
Entre los representantes de la innovación y el desarrollo tecnológico para contribuir a lograr una agricultura sustentable destaca Bayer, ya que la compañía se ha comprometido a reducir la huella de carbono que genera como compañía, así como con los demás miembros de la cadena de valor agrícola de los mercados donde participa, en un 30% para 2030.
Así mismo, la compañía está trabajando en innovaciones como drones y plataformas de software que ofrecen herramientas de monitoreo, las cuales ayudan a los agricultores a eficientar sus recursos, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y dándoles la oportunidad de recibir las alertas de precipitaciones que les permiten optimizar la aplicación de productos para la protección de cultivos.
De igual forma Bayer está mirando al futuro; un ejemplo de ello es la colaboración que emprendió con Ginkgo Bioworks para fundar la empresa Joyn Bio, donde expertos están trabajando para crear microbios que ayuden a cultivos como el maíz, el trigo y el arroz a extraer nitrógeno del aire.
Sin duda, la transición global hacia una agricultura sustentable y libre de carbono está en proceso, sin embargo, el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación es crucial para mitigar los efectos del cambio climático y pasar de tener una agricultura con impacto negativo en las emisiones de efecto invernadero, a un sector agrícola global que incorpore prácticas sostenibles y sustentables, al mismo tiempo que se convierte en un aliado para frenar el aumento de las temperaturas.