En México, el tomate rojo es el principal cultivo que usa estructuras con condiciones ambientales controladas.
Al jitomate mexicano le va muy bien en el mundo. China ocupa el primer sitio, seguido de India y Estados Unidos; México ocupa la décima posición. Aún así, el jitomate mexicano cubre 90% de las importaciones de Estados Unidos, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Y los números siguen dando reportes positivos. De acuerdo con la Planificación Agrícola Nacional 2017-2030 de la Sagarpa, la participación del jitomate mexicano en el mercado internacional se calcula en 25% del valor de las exportaciones mundiales. La dependencia consigna que aún con la reducción en la superficie sembrada de tomate rojo, registrada entre 2003 y 2016, es un cultivo con un crecimiento acumulado en su producción (54.25%) y aumento en las exportaciones en fresco (77.87%), por lo que es la hortaliza con mayor incremento en productividad.
Es por ello que el jitomate de exportación ha favorecido las inversiones en infraestructura de agricultura protegida. El Panorama Agroalimentario del Tomate Rojo elaborado por los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) estima que en México 70% de esta hortaliza se produce bajo el esquema de agricultura protegida, seguida del pimiento (60%) y el pepino (10%).
Los principales productores de jitomate se encuentran en Sinaloa, Baja California y Jalisco, aunque también ha adquirido mayor importancia en otras entidades como Colima, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) especifica que por número de hectáreas, Sinaloa es el estado que más cultivos tiene bajo el esquema de agricultura protegida, pues destina 9 mil hectáreas a cultivar tomate rojo saladette bajo malla sombra. Jalisco reportó 7 mil 713 hectáreas, de las cuales 4 mil 448 son de frambuesa bajo macro túnel.
La agricultura protegida se vale de estructuras de plástico o malla sombra para proteger los cultivos e incluso generar microclimas que protejan la cosecha de las inclemencias del tiempo. Los agricultores han encontrado en estas técnicas un mayor control sobre la calidad de su producto para ser más competitivos en los mercados extranjeros.
Referencias
Planificación Agrícola Nacional 2017-2030 (Sagarpa)
Panorama Agroalimentario del Tomate Rojo (FIRA)
Agricultura protegida: presente en 30 estados del país (SIAP)