Los pueblos de Latinoamérica avanzan poco a poco en la lucha contra el hambre, algunos ya no padecen hambre ni están en la extrema pobreza. Sin embargo, aún hay 37 millones de personas en América Latina que sufren hambre crónica, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su último informe sobre el estado del hambre.
Gracias a los programas internacionales que se implementan para cumplir los 10 objetivos de desarrollo del milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los gobiernos han diseñado proyectos de apoyo para los más vulnerables pero no siempre llegan a todos los necesitados.
La agricultura familiar juega un gran papel en la erradicación del hambre y la pobreza, en la seguridad alimentaria, en la mejora en la nutrición y en el uso sustentable de los recursos naturales. Esta actividad se denomina así porque la familia vive de ella, depende económica y socialmente de la actividad que realizan. En los pueblos de América Latina y El Caribe, la agricultura familiar genera el 57 y 77% del empleo agrícola.
La ONU decretó el año 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, debido a la petición de organizaciones de la sociedad civil y principalmente del Foro Rural Mundial. El objetivo fue aumentar la visibilidad de esta actividad en toda la sociedad y difundir el tan importante rol para el desarrollo económico y social.
Este año la ONU lo decretó como el Año Internacional de los Suelos y en el marco de esta acción, la Red Mexicana de Agricultura Familiar y Campesina que actualmente está compuesta por más de 120 organizaciones civiles entre productores, académicos, organismos internacionales, órganos de gobierno, comités legislativos y ONG’s; se ha puesto como meta central mantener el proceso de incidencia en la toma de decisiones, para establecer un marco institucional para el desarrollo integral de la agricultura familiar y campesina en México.
En México existen aproximadamente 5.3 millones de unidades económicas rurales (UER), de las cuales el 73% son de subsistencia o con poca vinculación al mercado y sus ingresos anuales netos son menores a 17 mil pesos. Este es uno de los factores por los que los pobladores rurales abandonan los campos hacia las zonas urbanas en busca de mejores ingresos económicos.
Durante el foro internacional CropLife de América Latina realizado el año pasado en el marco del Año Internacional de la Agricultura Familiar, el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas acotó que “los pueblos campesinos quieren seguir viviendo en el campo, conservar su cultura y modo de vida”.
Una de las estrategias planteadas por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP), y el FIDA es: invertir en la población rural, para hacer frente al abandono del campo fomentando y facilitando el acceso y la interacción de los jóvenes rurales con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Estas instituciones afirman que esta herramienta puede ser decisiva para que los jóvenes den más valor al lugar donde viven; que no sean factores negativos el aislamiento y la falta de acceso al mundo globalizado, y así lograr que ellos permanezcan en el medio rural.
Fuentes: FAO. Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2014. Objetivos de Desarrollo del Milenio: Región logró la meta del hambre.
UNESCO. La Agricultura Familiar. En www.unesco.org
Fondo Nestlé para la Nutrición. La situación en méxico. En
www.fondonestlenutricion.org
Red Mexicana por la Agricultura Familiar y Campesina. Introducción. En www.aiaf2014mexico.blogspot.mx
La Jornada. Agricultura familiar, opción para producir más alimentos. En www.jornada.unam.mx
IFAD. La agricultura familiar en América Latina. En www.ifad.org