Actualmente, hay cerca de un millón de personas en el mundo padeciendo hambre crónica y no es precisamente por falta de alimento, ya que los agricultores producen suficientes cultivos para todos. Lo que afecta realmente el combate al hambre y a la desnutrición es la mala y deficiente distribución de la comida, así como los altos precios que no todos pueden pagar.
Según los grandes organismos internacionales, los países en desarrollo son los más pobres. La población mundial crece cerca de 79 millones de personas al año y la gran mayoría sucede en las zonas más vulnerables como el África Subsahariana y algunos pueblos de América Latina y El Caribe.
Te preguntarás, ¿y qué se está haciendo para combatir este problema mundial? Decenas de asociaciones y organismos, de la mano de algunos gobiernos, están poniendo en marcha mecanismos para solventar el impacto de la mala distribución, pero este no es el único problema y tampoco el más grande.
Desde hace unos 10 años hemos estado escuchando sobre el efecto de los gases invernaderos pero desde la edad de hielo nada ha cambiado más al ecosistema que la agricultura. La huella de producción de la agricultura daña 60 veces más que lo que está construido y pavimentado en el planeta.
La agricultura consume un gran porcentaje de los recursos naturales, emite gases de efecto invernadero, más que cualquier otra actividad humana. La agricultura necesita del suelo y este es un recurso no renovable que requiere muchos cuidados, pues con facilidad pierde los nutrientes, se saliniza, muere por sequía o inundación, es contaminado por el mal tratamiento de pesticidas, así como otros temas.
Preservar la vida humana es un tema dirigido bajo la premisa de que debemos reducir drásticamente el impacto de la producción en el campo, pero cuando tenemos más de 7 mil millones de bocas que alimentar, eso no suena razonable.
La agricultura sustentable no es un tema nuevo, el famoso economista del siglo XVIII, Thomas Robert Malthus desarrolló una teoría en la que abordaba este tema, su propuesta no era muy distinta a la que se promueve estos días por oganísmos como la FAO y la OMS: hacer más con menos. Sin embargo, parece que dos siglos después de su trabajo aún no estamos listos.
Se estima que para el año 2050, la población mundial sobrepase los 9 mil millones de habitantes y alimentarlos será verdaderamente un problema, será uno de los desafíos más grandes para nuestra civilización como ningún otro. Requerirá de nuestra imaginación, determinación y de un gran trabajo colaborativo de todas las personas del mundo.
Fuentes: Scientific American. Can we feed the world & sustain the planet? A five-step global plan could double food production by 2050 while greatly reducing environmental damage. Por Jonathan A. Foley. Noviembre del 2011.
Read Cube. Enhancing the crops to feed the poor. Por Jikun Huang, Scott Rozelle y Carl Pray. En www.readcube.com
Read Cube. The Specter of Malthus Returns. Por Jefrey D. Sachs. Septiembre del 2008. En www.readcube.com