No permitas que tus hijos sigan creyendo que los vegetales vienen del súper o del mercado; conocer el origen de los alimentos concientiza sobre la protección del planeta.
Los niños siguen de vacaciones, pero casi todos los cursos de verano llegaron a su fin y ya se te acabaron las ideas. Una buena manera de entretenerlos es con actividades que además les ayuden a entender mejor el planeta y por qué necesita ser cuidado.
Una opción es empezar con un huerto urbano: se divierten jugando con tierra, aprenden de dónde vienen sus alimentos y les enseñamos a consumir comida saludable.
Otra opción es acercándolos a la ciencia de forma divertida, a través del arte y la cultura. Como se hace con el programa “Ciencia para un mundo mejor”, una obra de teatro interactivo realizada por la empresa Monsanto, que se presenta en escuelas primarias públicas y privadas.
El objetivo es que a través de divertidos experimentos científicos, los niños aprendan cómo la ciencia forma parte de la vida cotidiana sin que se den cuenta y cómo ésta ayuda a que haya más y mejores alimentos al alcance de todos.
El arte de la comida paso a paso
Si ya te decidiste a empezar un huerto urbano para aprovechar lo que queda de vacaciones, la primera actividad sugerida es dibujar, lo que les encanta. Platícales un poco sobre los diferentes vegetales y frutas, cómo crecen, cuáles son raíces, cuáles se dan en árboles, cuáles son flores o semillas. Deja que te haga preguntas, responde lo más directo de acuerdo con la edad del niño, y una vez que terminen con la charla, pídele que dibuje los que más le gustan por sabor o sus nuevos favoritos después de la plática.
Al terminar su dibujo, vean qué está bien, si hay algo en lo que se confundió; no se trata de un examen de biología, sino de acercarlo a los alimentos y a su origen.
Antes y después
Consigue semillas que luego puedas mostrarle en qué alimento se transforman. Por ejemplo, una semilla de maíz en una palomita o en una tortilla; granos de trigo en harina y luego en pan. Explícale cada parte del proceso; dependiendo de la edad del niño, pueden ir transformando algunas juntas. Déjalo que se acerque y que toque las semillas y los alimentos.
Rally de alimentos
Haz una lista de vegetales, frutas y semillas que tengas en tu casa, distribúyelas en algún área en la que puedan jugar y dales una lista o ve pidiendo uno a uno los alimentos que quieres que te traigan. Cuando te lo entreguen, platiquen de qué es y cómo se cultiva, si es un alimento local o de otro país.
De paseo por la ciudad
Visiten alguna granja donde, además de animales, haya un huerto de buen tamaño; hay varios en la ciudad abiertos al público infantil justamente para acercarlos a la naturaleza, así que ahí encontraras guías que los acompañen y expliquen un poco más de agricultura.
Hecho en casa
Ahora sí, si después de estas actividades lograste que tus hijos se interesen en el origen de los alimentos, es momento de explicarles por qué tener su propio huerto urbano es una manera de ayudar al medio ambiente, al planeta y a sus habitantes. Y entonces sí, comiencen a sembrar su comida.
Fuentes: kidactivities.net, littlesproutslearning.co, ciencia para un mundo mejor.