El cambio climático, provocado en gran parte por la contaminación que generan las actividades humanas, es un problema latente que pone en riesgo la sobrevivencia de algunas especies de flora y fauna, así como la preservación de los recursos naturales; y la contaminación que produce el sector agrícola también es parte de este suceso.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) el sector agrícola es responsable de al menos el 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero (la ganadería representa aproximadamente el 40% de las emisiones globales). Sin embargo, en los últimos años la ciencia y la tecnología han abordado esa problemática, y con diversos métodos y herramientas contribuyen a frenar el cambio climático.
Herramientas como una bomba de regadío solar y secador solar para frutos son algunas de las iniciativas que facilitan que el agricultor aporte, desde sus prácticas diarias, un esfuerzo más para reducir la contaminación por el uso de combustibles fósiles en sus labores.
La bomba de regadío solar es un mecanismo de bombeo de agua para el riego alimentado a través de paneles fotovoltaicos, y ya se encuentra disponible en Chile. Por su parte, el secador solar de frutos secos es una adaptación de paneles solares, y con ellos se puede llegar a ahorrar hasta 85% en combustibles para ese proceso postcosecha.
Iniciativas como éstas fortalecen los compromisos de los gobiernos afiliados a las Naciones Unidas, que en diciembre de 2015 promovió en la Conferencia de París sobre el Clima (COP21) el primer acuerdo mundial para controlar el calentamiento global.
De esta manera, la agricultura sustentable se convierte en una vía para mitigar los efectos, además de almacenar el carbono en los suelos.
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Fuentes:
Comisión Europea. Acuerdo de París. En ec.europa.eu/clima
FAO. Emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra America Latina y el Caribe. En www.fao.org/resources/infographics