Contrario a la percepción que podría generar el bajo nivel de sustentabilidad de la agricultura intensiva, un equipo multidisciplinario de la Universidad de Cambridge encontró que ésta puede ser amigable con el medio ambiente cuando se realiza de manera eficiente y evita que nuevas áreas silvestres sean utilizadas para el cultivo.
En el estudio “Los costos y los beneficios de la agricultura intensiva”, 28 investigadores de 17 organizaciones del Reino Unido, Polonia, Brasil, Australia, México y Colombia analizaron los cuatro sectores alimentarios más representativos de la producción mundial: arroz asiático con cáscara (90%), trigo europeo (33%), carne de vacuno latinoamericana (23%) y lechería europea (53%).
Entre las prácticas de alto rendimiento que revisaron a detalle están los sistemas de pasturas mejoradas y las razas de ganado en la producción de carne, el uso de fertilizantes químicos en los cultivos y el mantenimiento de las vacas lecheras en el interior por más tiempo. Sus resultados iniciales sugieren que muchos de estos métodos son menos perjudiciales, desde el punto de vista ecológico, frente a otras prácticas, pues su principal punto a favor es que utilizan mucho menos tierra, en relación con otros sistemas que incluso podrían considerarse eco-agrícolas.
Los autores del estudio argumentan que la agricultura de alto rendimiento debe combinarse con mecanismos que limiten la expansión agrícola para provocar el beneficio ambiental. Estos podrían incluir una estricta zonificación del uso de la tierra y subsidios rurales reestructurados.
A manera de ejemplo: el equipo descubrió que por cada tonelada de carne, las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse a la mitad en algunos sistemas donde los rendimientos se potencian al utilizar árboles que proporcionan sombra y forraje para el ganado.
REFERENCIAS
“Los costos y los beneficios de la agricultura intensiva” (Nature Sustainability) https://abdn.pure.elsevier.com/en/publications/the-environmental-costs-and-benefits-of-high-yield-farming