El comercio ilegal de semillas piratas es uno de los principales problemas a los que se enfrenta, en la actualidad, la agricultura mexicana. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), señala que las semillas piratas son todas aquellas que no cumplen con los estándares de sanidad, inocuidad y calidad, así como los elementos de identificación del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
De acuerdo con Mario Puente, director de la Asociación Mexicana de Semilleros (Amsac), “las pérdidas relacionadas al comercio de semillas piratas oscilan entre los 80 y los 100 millones de dólares anuales”.
Según cifras de esta asociación, entre el 8 y 10% del valor del mercado agrícola nacional está ocupado por actividades ilícitas. Las principales semillas imitadas en este mercado ilegal son las de maíz, chile, cebolla y calabaza.
Dentro de los múltiples efectos negativos que trae a los productores el uso de semillas piratas, la SADER indicó que, el bajo rendimiento en los cultivos, la disminución en la calidad del producto, plagas y/o contaminación del suelo y posibles multas por malas prácticas son las principales consecuencias a las que los agricultores están expuestos al utilizar estas imitaciones.
Las prácticas delincuenciales para la comercialización de semillas piratas constan del uso de envases, bolsas, botellas y latas falsas; además, los delincuentes pintan las semillas para hacerlas pasar por reales y las ofertan a precios menores.
Autoridades Federales y organizaciones del sector agrícola implementan campañas de difusión para la identificación y denuncia de comerciantes y, de productos piratas. El SNICS recomienda al agricultor verificar que el producto que adquiera cuente con una etiqueta que contenga el escudo nacional mexicano, marca de agua, información técnica y comercial de la semilla, marca registrada del SNICS, leyenda que indique la categoría de la semilla, garantía, símbolos y palabras de advertencia, año de emisión (serie) y número de folio.
Referencias:
SADER
AMSAC