Con ingresos superiores a los de los hidrocarburos, los productos agrícolas afianzan a México en un lugar de privilegio en el mundo.
La producción agrícola en México ha tenido un crecimiento según cifras de la SAGARPA, por ejemplo, tan sólo en 2016, mientras el PIB nacional crecía 2.3%, las actividades primarias lo hacían en un 4.2%. Las exportaciones del rubro sumaron los 7,905 millones de dólares en ese año y, al año siguiente, habían crecido hasta un 12%.
En 2017, las exportaciones agronómicas del campo mexicano a Canadá sumaron un monto de 1,840 millones de dólares, lo que puso a ese país como el segundo socio comercial de México en el rubro. Según los reportes de la SAGARPA, el incremento en ventas vino de los siguientes productos: fresa (54%), pimientos (31.6%), verduras congeladas (28.8%), ejotes (24.8%), uvas (23.6%), cerveza (21.2%) y aguacate (19.7%).
En lo que se refiere al aguacate, por ejemplo, México es el rey: una buena parte del mercado nos pertenece. Estados Unidos consumió, en 2014, 197.5 mil toneladas de la fruta en 2014, esta fruta es un gran ejemplo del crecimiento potencial (y real) del mundo agrícola mexicano.
En el año 2000, la producción nacional de aguacates era relativamente baja porque aún no se acercaba a las 1,000 toneladas; esto quiere decir que únicamente alimentaba al mercado nacional. Para el 2009, la producción ya estaba en las 1,200 toneladas y para 2018 contamos con una producción histórica de un millón 997.629 toneladas. De acuerdo con el Sistema de Información Arancelaria vía Internet de la Secretaría de Economía, el aguacate deja más ingresos al país que el petróleo, con ventas de 19,867 millones de dólares (los hidrocarburos dejaron 17,491 millones de dólares).
Algo similar ha sucedido con las bayas, mejor conocidas como berries, y cucurbitáceas — como son el melón, pepino, sandía, pimientos y chiles — las cuales han tenido un crecimiento constante en mercados como el europeo.
El crecimiento se debe, en parte, a las nuevas tecnologías que llegan al campo y a la tecnificación, organización y mejoras de procedimientos que los propios agricultores en producciones medianas y grandes han logrado. La calidad de los productos que el suelo nacional provee ha hecho que países como Estados Unidos tengan ahora mayor dependencia de la producción hortofrutícola mexicana.
México es hoy tiene la potencia para ser de los principales productores de alimentos en el mundo, el reto serán las formas distintas de apoyar al campo, cada quien desde su trinchera.
Referencias: