En los próximos 15 años, mil 600 millones de personas en países de mediano y bajo ingreso estarán en edad de trabajar. ¿En qué se van a ocupar? Por eso el campo puede volverse el empleador del futuro, sostiene un estudio del Banco Mundial.
Hoy, el 70 % de los puestos de trabajo en los países de mediano y bajo ingreso los genera la industria agrícola en actividades que van desde el cultivo de alimentos hasta el transporte, la logística, la distribución, la preparación y la venta.
En América Latina, por ejemplo, sólo el sector agrícola emplea a 9,6 millones de jóvenes entre 15 y 29 años que viven en zonas rurales, según datos de la FAO. En México, este sector ocupa a 5.5 millones de personas de 15 años y más, según datos del INEGI.
Estos datos revelan que, para 2030, la mayoría de los ingresos necesarios para combatir la pobreza deberán obtenerse de las actividades del campo. Y esto se puede conseguir de varias maneras, de acuerdo con el Banco Mundial:
- Fortaleciendo el sector agropecuario para volverlo sostenible y resiliente ante los efectos del cambio climático como sequías, inundaciones y el aumento de las temperaturas que afecta el rendimiento de los cultivos. Para lograrlo se propone mejorar las tecnologías de los cultivos y la producción de ganado, optimizar la gestión del agua, capacitar a los agricultores, impulsar la organizaciones de productores para que afronten en colectivo los retos del sector, e invertir en la infraestructura agropecuaria.
- Apoyando el crecimiento y la innovación de otras áreas del sistema de alimentos como servicios, transporte, logística, distribución, promoción y preparación. También incorporando las nuevas tecnologías en los programas universitarios de estudios agrícolas, para actualizar las habiidades de quienes se dediquen al sector.
- Promoviendo la inclusión y mejores condiciones de trabajo para mujeres y jóvenes. En América Latina y el Caribe, 30,9 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, y 58 millones de mujeres viven en zonas rurales. Sin embargo, las mujeres rurales trabajan más que los hombres y ganan menos. En México, por ejemplo, trabajan 89 horas semanales, unas 31 horas más que los hombres. En cuanto la titularidad de la tierra, sólo el 22,4 por ciento son propietarias. En el caso de los jóvenes, el 45,2 por ciento trabajan como peones o jornaleros.
Por ello la propuesta radica en mejorar su acceso a las tierras y al financiamiento para trabajar en ellas, además de capacitarlos para crear mejores mecanismos de distribución de los alimentos o para pensar en cómo diversificar los mercados.
Referencias
Un empleo del futuro donde podría trabajar la mayoría