Cuando hablamos de alimentación es indispensable reconocer el trabajo que todos los participantes de la cadena de valor agrícola realizan todos los días para llevar los alimentos del campo a tu mesa; sin embargo, para atender las necesidades de alimentación actuales y futuras, debemos poner a los agricultores en el centro de las innovaciones en el sector.
Si bien durante los últimos 50 años hemos logrado avances en materia de producción de alimentos y logística que antes sólo podían vivir en nuestra imaginación, la crisis sanitaria por COVID-19 ha hecho que los sistemas agroalimentarios en todo el mundo se replanten las prácticas agropecuarias actuales, para incorporar paradigmas de agricultura sustentable y capaz de adaptarse a más y nuevos fenómenos como contingencias sanitarias o los derivados del cambio climático.
Además de los retos mencionados con anterioridad, hay que sumar el continuo crecimiento que experimenta la población, el cual, de acuerdo con la proyección de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alcanzará 10 mil millones de personas para el 2050, por lo que la producción mundial de alimentos tiene que lograr aumentar el rendimiento utilizando menos recursos naturales.
El papel de los agricultores en los sistemas agroalimentarios
La proliferación de la población en grandes ciudades ha provocado que poco a poco los consumidores se desvinculen de una u otra manera de los sistemas agroalimentarios, sin embargo, sin éstos es prácticamente imposible sostener a la sociedad como actualmente la concebimos.
Los sistemas agroalimentarios de todo el mundo comienzan desde la planeación y cuidado de los cultivos, llegando hasta el momento donde cada uno de nosotros consume algún alimento, por lo que cada participante de la cadena de valor tiene la capacidad y responsabilidad de transformarla de manera positiva; no obstante, el papel del agricultor tiene uno de los pesos más importantes, ya que cada una de sus decisiones impactará en la cantidad de alimentos producidos de origen y el ahorro de una gran cantidad de recursos naturales.
En la actualidad, el 70% del agua disponible para las actividades humanas es destinado a la agricultura, por lo que la implementación de insumos y herramientas que le permita a los agricultores reducir el consumo de este líquido en sus cultivos, se vuelve cada vez más necesario y urgente.
De igual manera, reducir el crecimiento de la frontera agrícola y promover el uso de tecnología que permita aplicar sólamente la cantidad necesaria de insumos para la salud de los cultivos, le brindarán a los agricultores una dimensión de sustentabilidad nunca antes vista en la basta historia de la agricultura.
A pesar de que hoy contamos con múltiples innovaciones que nos permitirían contar con una agricultura sustentable que sostenga la alimentación a nivel mundial, aún existen muchas barreras que impiden que ésto sea una realidad.
La importancia de acompañar al agricultor
El verdadero desafío para aumentar la cantidad de alimentos que se producen globalmente recae en la adopción de nuevas prácticas y tecnologías por parte de los agricultores, al igual que del apoyo que estos reciban por parte de los sectores privado y público, así como de la sociedad civil.
Teniendo en cuenta que a nivel internacional el 80% de la producción agrícola es generada por pequeños agricultores, la inclusión de éstos y su empoderamiento se vuelven dos de los factores más relevantes para pensar en la alimentación de la población actual y futura.
Un claro ejemplo de cómo empoderar a pequeños productores son las estrategias emprendidas por Bayer, las cuales están compuestas por proyectos cuyo objetivo general es contribuir al empoderamiento de 100 millones de agricultores a nivel global.
A través de proyectos como BayGAP, la compañía incentiva a los productores agrícolas a incorporar buenas prácticas mediante el desarrollo de conocimientos y capacidades en temas clave como la inocuidad de los alimentos, gestión de los residuos, riego, protección de los cultivos y trazabilidad.
Además de lo anterior, está iniciativa ofrece a los agricultores la posibilidad de conectar mejor con la cadena de suministro, con lo que, además de aumentar la producción de alimentos para contribuir a la seguridad alimentaria de la población, pueden obtener grandes beneficios de comercialización, convirtiendo al sistema agroalimentario en un ganar-ganar.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación es importante reconocer que los retos alimentarios actuales y futuros aún requieren de múltiples esfuerzos desde todos los frentes; no obstante, muchos participantes de la cadena de valor hoy se encuentran estableciendo las bases necesarias para lograr que la producción de alimentos aumente lo suficiente para todos, al mismo tiempo que ésta es sustentable y responsable con el medioambiente.