El doctor Luis Herrera Estrella, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), y fundador del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad, desarrolló un estudio en el que introdujo genes que hacen resistentes al maíz a la sequía al genoma de plantas de tomate.
El experimento del doctor y su equipo, consistió en poner en condiciones de sequía durante varios días a cultivos de tomates genéticamente modificados y de tomates normales. Días después regaron de nuevo las plantas. Lo que encontraron fue que los tomates sin modificar genéticamente, aún después del periodo de recuperación con agua, morían; mientras que los tomates que tenían el gen del maíz volvían a crecer sin ningún problema.
Herrera comentó que se podría ahorrar un 30% de agua porque los ejemplares genéticamente modificados sólo necesitan el 70% del líquido del total que necesita un ejemplar tradicional.
“Entre más tolerante a la sequía, más rápido para la fotosíntesis; si la planta siente que no hay agua detiene su fotosíntesis y reduce la transpiración y pérdida de líquido”.
“En México podemos desarrollar tecnología que aborde los problemas nacionales y que además tienen repercusión mundial pero hacen falta las condiciones que lo hagan posible”.
“La legislación para la liberación de productos genéticamente modificados en este país y en el resto del mundo es tan complicada que sólo las grandes empresas pueden pagar por el proceso de aprobación. Esto ha llevado a que sólo unas cuantas trasnacionales como Monsanto, Dupont o Bayer puedan sacar productos al mercado”, sostuvo el especialista.
Fuente: Planean cultivar plantas “ahorradoras” de agua y resistentes a sequías. Ciencia. Investigación y Desarrollo ID. En www.invdes.com.mx