Aunque los términos pueden confundirse, un híbrido no es sinónimo de transgénico. Los procesos de mejoramiento de las semillas son técnicas que los agricultores utilizan de manera tradicional para obtener las mejores características de dos plantas distintas, cuando el productor las cruza durante el periodo de polinización.
Es decir, la mazorca mejorada o híbrida es un maíz que se obtiene al cruzar dos plantas de maíz. La combinación del 50% del ARN (el ADN de las plantas) de una especie y el 50% de otra darán como resultado una planta con características determinadas de resistencia, altura, sabor, etc. En cambio, una semilla genéticamente modificada o transgénica, resulta de extraer el ARN del maíz y transferirle un gen de otro reino distinto al vegetal, como el bacteriano por medio de herramientas tecnológicas y en un ambiente controlado, como puede ser un laboratorio.
En los últimos años, la manipulación genética o trangénesis, se ha enfocado en hacer maíces más resistentes a las plagas, como ocurre con el gusano cogollero, una oruga negra masticadora que se come las hojas y, en su etapa larvaria, puede causar daños significativos a los cultivos cuando no se controla de forma adecuada, según reporta y advierte cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los investigadores descubrieron que la bacteria bacillus thuringiensis contiene la proteína CRY, que al incrustarse en el intestino del gusano cogollero le quita el hambre. Así que al extraer el CRY e incrustarlo en el ARN de cualquier variedad de maíz, se logra que la hoja de la planta contenga esa proteína y le sirva como insecticida, lo cual significaría menos aplicaciones de insecticidas para controlar plagas.
Las especies mexicanas de maíz
Los maíces nativos o criollos son las variedades de esta planta que se dan en cada localidad. También son plantas domesticadas que se obtuvieron de manipular plantas silvestres —como el Teocintle o ancestro del maíz— (lo cual técnicamente también los convierte en híbridos ya que se dan a raíz de cruza tradicional de diferentes plantas hasta llegar al maíz que conocemos hoy en día). La cualidad endémica de estas especies nativas significa que una planta que crece en la sierra seguramente ni siquiera germinará en la costa ya que adaptarse a regiones de las que no son nativas significa un reto evolutivo para ellas.
En América Latina se han identificado 220 razas de maíz, de las cuales 64 pueden germinar en México. De esas especies, 59 son nativas mexicanas, según investigaciones avaladas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
De acuerdo con la Conabio, las razas nativas se nombran a partir de distintas características fenotípicas (Cónico, por la forma de la mazorca), tipo de grano (Reventador, por la capacidad del grano para explotar y producir palomitas), por el lugar o región donde inicialmente fueron colectadas o son relevantes (Tuxpeño de Tuxpam, Veracruz; Chalqueño, típico del Valle de Chalco) o por el nombre con que son conocidas por los grupos indígenas o mestizos que las cultivan (Zapalote Chico en el Istmo de Oaxaca o Apachito en la Sierra Tarahumara).
Desde los años 40, el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y del Trigo (CIMMYT) preserva las variedades criollas mexicanas en su banco de germoplasma. Actualmente, conserva más de 28 mil variedades únicas de semilla de maíz y especies emparentadas provenientes de 88 países.
Referencias
Investigación del Maíz, Cimmyt https://www.cimmyt.org/es/nuestro-trabajo/maiz/
Razas de maíz en México https://www.biodiversidad.gob.mx/usos/maices/razas2012.html