Las abejas son un indicador de la salud de los medios ambiente agrícolas y contribuyen a la polinización, sin la cual las plantas no pueden reproducirse. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que sin ellas no podrían producirse papas, cebollas, fresas, coliflor, pimiento, café, calabazas, zanahorias, manzanas, girasoles, almendras, tomates y cacao.
Si bien no son los únicos insectos polinizadores, sí son los más reconocidos en estos ecosistemas y su existencia es una señal de que funcionan sin perturbaciones. De ahí la importancia en reducir sus amenazas y asegurar su bienestar.
Para conseguirlo los agricultores deben tener en consideración el cambio de uso de suelo, el Manejo Integrado de Plagas que reduce el uso de productos químicos al mínimo, así como cambiar los sistemas de monocultivo. Por otro lado, deben generarse soluciones para mitigar el cambio climático que empiezan a alterar los períodos de floración en el mundo.
Más abejas para la producción de alimentos
Los polinizadores desempeñan un papel esencial para ayudar a alimentar a una creciente población mundial de manera sostenible (ODS 2) y permitir mantener la biodiversidad, así como ecosistemas dinámicos
La salud y biodiversidad de los ecosistemas depende también de más de 20 mil especies de abejas silvestres, que son recolectores especializados y, debido a sus vínculos con plantas con flores específicas, muy vulnerables al cambio climático.
Al fomentar la existencia de comunidades sanas de polinizadores se asegura la producción de alimentos ya que afecta de forma positiva el rendimiento de los cultivos. Por eso, desde 2000 la FAO coordina iniciativas a nivel global para su conservación.
De ahí el interés de divulgar la importancia de las abejas para la producción de alimentos y la búsqueda de directrices para atender las amenazas y necesidades de cada país.
En el día Mundial de las Abejas, se reconoce la importancia de los polinizadores para mantener la vida del planeta. El desarrollo sostenible de la apicultura, así como el respeto y protección de sus hábitats, es fundamental para aumentar los rendimientos de los cultivos.
Fuente: FAO