Hongos, bacterias y levaduras son los causantes de la merma en la postcosecha de granos. Desde 1977, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prioriza la prevención de estas pérdidas con programas de capacitación técnica, pues asegura que 25% de los cereales alimenticios se pierden en esta etapa.
Otras de las causas son un mal secado del grano y la falta de un correcto almacenamiento. De acuerdo con la FAO, dichos microorganismos son los agentes que más daños causan, seguidos de los insectos, roedores y pájaros.
Los hongos son los microorganismos que representan el mayor problema, pues ocasionan el deterioro de los cultivos. Además, a la hora de cultivar alimentos, disminuyen el tiempo de vida en almacén.
Organismos complejos
Las deficiencias en el almacenamiento repercuten en el resto de los eslabones del sistema alimenticio. Disminuyen los ingresos para los productores y aumentan los precios de los alimentos para los consumidores.
Para evitar que los granos sean atacados por los hongos, se deben adoptar condiciones ambientales positivas como una buena ventilación para disminuir los riesgos de infestación a consecuencia de la humedad o el calor.
Si a pesar de los cuidados se generan hongos, deben aplicarse insumos como los biofungicidas para el control de estos, entre ellos destacan las presentaciones en polvo con una gran cantidad de calcio, y en líquido con amonio.
Estos métodos de control deben ser aplicados con las precauciones necesarias y una cuidadosa dispersión para que funcione adecuadamente, siempre asegurándose de seguir las instrucciones que contenga su ficha técnica.
Importancia de las redes de valor
Angélica Fermoso Gómez, especialista en la Subdirección Técnica y de Redes de Valor de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) asegura que cada año a nivel global se pierden 1,300 millones de toneladas de alimentos, en México la cifra supera las 20 millones de toneladas y, en el caso de la red de valor de granos como el trigo, es muy común las devoluciones de lotes de harina por hongos o plagas.
Esto puede evitarse con mejoras en el manejo postcosecha, invirtiendo en infraestructura, equipo, uso eficiente de energía e innovación tecnológica. También, se requiere una capacitación y asesoría técnica que mejore las actividades que hoy en día se llevan a cabo. De este modo, las pérdidas y desperdicios disminuirán.
Fuentes: FAO