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Cómpralas una vez y consúmelas siempre

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Imagínate que ya no tienes que volver a comprar lechuga, ni el carísimo aguacate, ni más de 20 alimentos más; cómpralos una vez y ponlos en agua o en la tierra para tener siempre comida fresca en tu casa.

El desperdicio de alimento es uno de los principales problemas que enfrenta el mundo, podríamos alimentar a los más hambrientos sólo con la comida que se tira a la basura. 

Cada año se desperdician mil 300 millones de toneladas de comida en todo el proceso de producción, desde la siembra hasta su consumo. Solamente lo que se desperdicia en los supermercados sería suficiente para alimentar a 36 millones de personas.

Puedes ayudar a combatir este problema desde tu huerto urbano, utilizando las semillas de frutas y verduras que compras cotidianamente y cuyas “sobras” puedes utilizar para sembrar tus propios productos para que vuelvan a crecer y así una y otra vez… ad infinitum.

Cómpralas una vez y consúmelas siempre

Lechuga romana 

Cuando cortes las hojas para preparar una ensalada, asegúrate de dejar la parte de abajo o corazón con unos 10 centímetros de largo para que pueda volver a crecer. Coloca el corazón en un plato hondo con un centímetro de agua, que vas a cambiar todos los días; debe de estar en un lugar bien iluminado pero no directo al sol. En unos días comenzará a crecer nuevamente las hojas; será momento de pasarlo a la tierra, en una maceta. En un par de semanas tendrás hojas listas para otra ensalada. Sólo corta las que necesites y deja que la lechuga siga creciendo en la maceta.

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Apio

El apio tiene un proceso similar al de la lechuga: se corta el corazón del apio con unos 10 centímetros de largo, se pone en un plato hondo o vaso con un centímetro de agua que se cambia todos los días, en un lugar bien iluminado, y en unos días aparecerán las primeras hojas. Se planta en una maceta y, listo, en unas semanas podrás comer los tallos de tu propio apio.

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Champiñones

Compra los hongos completos, lo más frescos que encuentres. Quita los troncos y, tal cual, los vas a sembrar, dejando sólo una pequeña parte fuera en una maceta con tierra –si le puedes agregar café molido es mejor– en un lugar fresco y sin luz directa. Mantén la tierra siempre húmeda. En unos 15 días deberás ver que empiezan a crecerles nuevas cabezas. Los que no salgan, quítalos de la tierra y siembra nuevos troncos. No es tan fácil que crezcan todos, no te desanimes.

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Papa y camote

Seguro te ha pasado que cuando dejas una papa en el refrigerador le empiezan a salir raíces…pues así de fácil. Corta una papa o camote a la mitad, déjala toda la noche –o hasta 48 horas– a que se seque a temperatura ambiente, y siémbralas en una maceta, con una separación de 8 centímetros y a unos 15 centímetros de profundidad. En unas semanas verás salir la planta, y debajo, habrá varios tubérculos esperando a que te los comas.

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Piña

Esta cosecha toma su tiempo, hay que tener paciencia, verás que empieza a crecer en un par de meses, pero tu primera piña cultivada por ti la comerás en unos dos años. Igual es una linda planta para tu huerto urbano. Corta la ‘corona’ verde de la fruta y asegúrate de quitarle cualquier resto de la pulpa, ponla en un vaso de agua durante un par de semanas hasta que comiencen a salirle raíces; luego simplemente siémbrala en una maceta, dejando toda la parte verde afuera.

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Cebolla

Corta una cuarta parte de una cebolla del lado en que se le ven los ‘pelitos’ que serán las raíces. Siembra en la maceta, con las raíces en la tierra, dejando una parte por fuera. Verás que empiezan a salir los nuevo brotes verdes, cuando tengan unos 20 centímetros de alto, sácalos de la tierra y separa cada uno para volver a plantar a unos 10 centímetros de distancia. En unas semanas tendrás nuevas cebollas para cocinar. 

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Aguacate

Esta es la que más te va ayudar ahorrar dinero pues sí que ha subido de precio, aunque también es la que más tardarás en cosechar. Lo que tienes que hacer es tomar el hueso del aguacate que ya te comiste, lavarlo bien, y enterrarle cuatro palillos –uno de cada lado–. Se pone en un plato hondo con agua, hasta cubrir la mitad del hueso (los palillos son para detener el hueso en el plato, para que quede flotando). Se pone en un lugar bien iluminado, pero no directo al sol, y hay que asegurar que siempre tenga la misma cantidad de agua. En unas seis semanas saldrán las primeras raíces en el agua, dos semanas después comenzarás a ver el tallo salir por arriba. Una vez que le empiecen a salir hojas, es momento de traspasarlo a una maceta grande o a un jardín, dejando la mitad del hueso fuera de la tierra. Con suerte y mucho cuidado, en unos 4 años estarás cosechando tus primeros frutos. 

Fuentes: inhabitat.com, diyncrafts.com, thediyfarmers.com

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