Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo
El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, una fecha que nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el papel crucial que la ciencia desempeña en el desarrollo sostenible, especialmente en el ámbito agroalimentario. Las ciencias básicas, como la biología, la química y la genética, son los cimientos de la innovación en la agricultura. Uno de los avances más destacados en este campo es la tecnología CRISPR, que ha revolucionado la forma en que abordamos los desafíos agrícolas. Pero, ¿cómo se relaciona todo esto?
Las ciencias básicas proporcionan los fundamentos necesarios para comprender los procesos biológicos y genéticos en las plantas. La tecnología CRISPR, basada en la edición genética, depende de este conocimiento profundo. Gracias a las investigaciones en edición de genes y biología molecular, los científicos han podido desarrollar variedades de cultivos más resistentes a enfermedades, condiciones climáticas adversas y plagas. Esto no solo aumenta la productividad, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria global.
El español Francis Mojica, científico de la Universidad de Alicante, fue el primero en estudiar las secuencias CRISPR, a las que él mismo puso nombre. Fue allá por 1993, cuando comenzó a estudiar un microorganismo con una tolerancia extrema a la sal encontrado en las costas de Santa Pola (Alicante).
CRISPR es el acrónimo de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, su nombre completo puede parecer un trabalenguas; para decirlo de una forma más sencilla: es una región del ADN de ciertas bacterias que actúa como un sistema inmunológico contra los virus. El Cas9 es una enzima que funciona como si tuvieras unas “tijeras moleculares” que pueden cortar, editar y corregir un segmento específico del ADN en una célula. Esta tecnología tiene aplicaciones en medicina, alimentación, agricultura y medio ambiente.
En la actualidad, el científico José Miguel Mulet menciona que la tecnología CRISPR nos permite ir un paso más adelante al editar el ADN del propio organismo”. Esto puede suponer una gran ventaja en el caso de enfermedades genéticas, ya que muchas veces son debidas a cambios mínimos en la secuencia y esta técnica permite corregirlos”, explica en su blog llamado “Sabemos”.
En Bayer, estamos comprometidos con la innovación en la producción agroalimentaria, y reconocemos la importancia de la ciencia y las ciencias básicas en este viaje. Creemos que la ciencia continúa siendo un faro de esperanza y desarrollo para el mundo.
Fuentes consultadas