De acuerdo con un reciente estudio del Royal Botanic Gardens Kew, en el mundo hay 391 mil especies de plantas conocidas por la ciencia. De estas, 21% están en peligro de extinción; esto es, alrededor de 78 mil. Y aunque en 2015 se descubrieron 2,034 nuevas especies, la suma sigue dando resultados negativos.
De todas estas especies de plantas existentes en el planeta, 5,538 se usan como alimento del ser humano, 3,649 para dar de comer a los animales y 11,365 para la fabricación de materiales de vestido, por ejemplo.
CropLife International, asociación a favor de la industria botánica, enfocada en la innovación para la protección de los cultivos y la biotecnología en apoyo de la agricultura sustentable, ha hecho patente el compromiso de la industria para proporcionar a los agricultores las herramientas que ayuden a producir más con menos y a capacitarles en mejores prácticas ecológicas para que estas cifras de alerta se detengan.
El presidente de la organización, Howard Minigh, asegura que “alrededor del mundo, la industria de la botánica está trabajando incansablemente en investigación y desarrollo para la próxima generación de protección de cultivos y herramientas de biotecnología, que ayude a los agricultores a cultivar plantaciones más saludables y sustentables para seguir alimentando a la población”.
El organismo aporta datos sobre el efecto que las innovaciones agrícolas han tenido para mejorar la productividad, la salud y la calidad de los cultivos, y con ello reducir el impacto ambiental de la agricultura. Entre éstos se encuentran:
Desde que se comenzaron a plantar cultivos biotecnológicos hace 20 años, el planeta se ha ahorrado 2.5 mil millones de toneladas de emisiones de carbono anuales. Esto es casi como si en Londres se hubiera eliminado la circulación de autos en las calles durante cinco años.
Como bien señala Minigh, la agricultura es uno de los mayores usuarios de los recursos naturales de la Tierra, por lo que a la industria y agricultores más les vale aprender a cuidarlos.