Científicos de distintas universidades españolas encontraron que existen proteínas antifúngicas (AFP) secretadas por plantas, las cuales pueden proteger a los cultivos de hongos que causan enfermedades.
Los fungicidas son el método más común utilizado para controlar hongos como B. cinerea y los botryticides, los cuales representan más del 10% de los hongos que atacan los mercados mundiales de fungicidas. El trabajo titulado “Producción eficiente de proteínas antifúngicas en plantas utilizando un nuevo vector de expresión transitoria derivado del tabaco. Virus del mosaico” encontró una alternativa ecológica y sostenible a la de los fungicidas químicos.
Sus resultados demostraron alta efectividad incluso en niveles bajos, confirmando que la producción de AFP en plantas representa una alternativa al uso de otros fungicidas con el potencial de ser sostenible, ya que se produce con luz solar. Sus resultados demuestran que otras plantas pueden ser usadas como biofábricas con fines comerciales.
En los experimentos realizados en cultivos de jitomates, estas biomoléculas se comportaron de forma estable y con actividad potente contra patógenos que causan la enfermedad del moho gris. Sin embargo, para su uso comercial aún se requiere un sistema de producción que sea eficiente, sostenible y seguro.
La lucha contra los hongos
Los investigadores del Centro de Investigación Agrigenómica en España fueron los encargados de desarrollar esta fórmula antihongos. Su interés radica en buscar opciones de tratamientos porque aseguran que los que están disponibles actualmente no son completamente efectivos dado que los agentes dañinos han desarrollado resistencia y pueden tener efectos secundarios.
Para ellos, es urgente crear este tipo de tecnologías y aplicarlas en los campos no sólo como medida preventiva, sino como apoyo para la protección postcosecha.
Los hongos constituyen un obstáculo más para alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria porque contaminan y destruyen los cultivos. Por ello, el desarrollo de terapias alternativas antifúngicas se vuelve una necesidad para consolidar una agricultura sostenible que se enfrente con éxito a los retos de producción.
Fuente: Plant Biotechnology Journal