Es cuadrado, no tiene tronco, sus hojas son de musgo y parece una pared, pero de hecho es un árbol. O por lo menos funciona como tal en Alemania y 24 ciudades más en el mundo, donde esta maravilla de árbol/pared con banca incluida llamado City Tree es capaz de absorber el dióxido de nitrógeno y material particulado –mezcla de partículas que se encuentran en suspensión en el aire– como lo harían 275 árboles.
La tecnología que lo hace funcionar va mucho más allá de una pared verde, aunque el musgo que tiene sembrado también hace un papel importante en el árbol, pues funciona como filtro de aíre. Este árbol de ciudad tiene paneles solares que le dan electricidad y un sistema de recolección de agua de lluvia con la que dosifica su riego. También tiene sensores que controlan la humedad del suelo, la temperatura del aire y la calidad del agua, así como la del aire para evaluar su eficiencia.
Lo mejor de estos árboles es que ya son una realidad, pues las ciudades de Módena, Oslo, Hong Kong, Glasgow, Bruselas y otras más en Alemania ya cuentan con él. El problema por ahora es su costo: “Plantar y mantener un árbol tradicional cuesta alrededor de 950 dólares por década. Un CityTree supone un costo de 28 mil en el mismo lapso”.
Hojas oxigenadas
Pero el City Tree no es el único esfuerzo que se ha hecho para combatir la contaminación del aire. En 2014, Julian Melchori, un estudiante del Royal College of Art, de Londres, desarrolló una especie de hoja que produce oxígeno, a la que llamó Silk Leaf (hoja de seda). Está hecha de material biológico, compuesto por proteínas de la seda y cloroplastos, gracias a lo cual es capaz de absorber CO2 y producir oxígeno y compuestos orgánicos por la capacidad fotosintética de los cloroplastos.
Sólo necesita un poco de agua y luz para crear oxígeno, casi como una hoja de árbol natural. Julian la creó pensando en sus usos arquitectónicos, usándola como parte de la estructura, tanto exterior como interior. En febrero de 2017, Julian, quien es ingeniero en diseño y biotecnología, ganó el premio por Innovación en materiales de la Fundación de Arte.
Los más grandes
Otra solución que fue ganadora de otro premio fue ‘Supertrees’, que en 2013 se llevó el Premio Skyrise Greenery por el diseño de 18 árboles de entre 25 y 50 metros de altura. Se trata de enormes ‘jardineras’ en forma de árbol, que albergan casi 163 mil plantas de 200 especies diferentes.
El diseño fue de la empresa Grant Associates, con la ingeniería de Atelier One en las estructuras, y la aportación de Atelier Ten en temas de medio ambiente. Y son una realidad, no sólo un prototipo; se encuentran en Singapur, en un parque nacional de 54 hectáreas.
Hecho en México
En nuestro país también se ha inovado en la materia. En la Universidad Tecnológica de Querétaro, estudiantes mexicanos y haitianos crearon MeHai Tree, una estructura en forma de árbol que en lugar de ramas tiene nueve celdas fotovoltaicas con los que se absorbe la energía del sol.
De acuerdo con los estudiantes, el objetivo del diseño es concientizar a los estudiantes sobre las energías renovables. De hecho, dejaron el árbol MeHai en el campus con contactos eléctricos que permite cargar 30 teléfonos celulares o siete laptops al mismo tiempo.