Consumir alimentos producidos en un radio máximo de 100 kilómetros es el reto del programa Kilómetro 0, que busca beneficiar al medio ambiente, a la economía local, a los pequeños productores y a los consumidores.
Cuando el salmón de tu sushi tiene que hacer un gran recorrido para llegar a tu mesa desde Noruega es un triunfo del comercio internacional, pero también implica un alto precio ambiental y económico en términos de empaque, embalaje, refrigeración, transporte y en general de toda la logística asociada.
Por ello en las últimas décadas ha surgido un movimiento internacional que propone el consumo de alimentos “Kilómetro 0”, que consiste en la adquisición preferente de productos cuya materia prima proceda de un radio inferior a 100 kilómetros de distancia respecto al consumidor.
El objetivo es favorecer la economía local y los cultivos variados y de temporada, que no impliquen grandes extensiones de cultivo, a fin de beneficiar el cuidado del medio ambiente, el crecimiento de los pequeños productores e incluso la economía de los consumidores.
La tendencia surgió en los años 70 en Estados Unidos y llegó a Europa a finales de los ochenta desde Italia. Actualmente Gran Bretaña y Francia se encuentran a la cabeza de esta iniciativa, que cada vez se extiende más.
Su principal característica consiste en reducir las distancias entre productor y consumidor para combatir la emisión de gases de efecto invernadero implicados en el cambio climático, promover el consumo de alimentos frescos con el consecuente beneficio en términos nutricionales, favorecer la economía y el empleo local al apoyar a pequeños y medianos productores, además de garantizar un precio adecuado para consumidor y productor, al eliminar los intermediarios de la comercialización, el transporte y la distribución del producto.
El movimiento a favor de los alimentos Kilómetro 0 hace énfasis en la oportunidad que representa para los productores locales la venta de productos de proximidad: “es una oportunidad para asegurarles un ingreso mayor o para facilitar el acceso al canal comercial de las medianas y grandes superficies a productores que de otra forma no tendrían posibilidad de acceder debido a su corta productividad”.
Además, los productos de temporada permiten ahorrar los costos de producción y limita el uso de la energía, e incluso promueve que cada vez haya más consumidores informados respecto al origen de los productos, los métodos de producción, la calidad de su alimentación y la seguridad alimentaria.
Referencias
La importancia de consumir productos locales
¿Qué son los alimentos Kilómetros 0? Cinco razones para consumirlos