La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la agricultura al optimizar el uso del agua, un recurso esencial y cada vez más escaso. A través de diversas aplicaciones, la IA permite una gestión hídrica más eficiente, contribuyendo a la sostenibilidad y productividad del sector agrícola.
La agricultura consume aproximadamente el 80% del agua disponible, por lo que implementar sistemas de riego inteligentes basados en IA puede reducir significativamente este consumo. Por ejemplo, la agricultura inteligente ya permite ahorrar hasta un 40% de agua en zonas de regadío, mejorando la eficiencia y reduciendo costos.
Estos sistemas analizan en tiempo real datos del suelo, clima y cultivos para determinar la cantidad exacta de agua necesaria, evitando el desperdicio y asegurando que las plantas reciban la hidratación óptima. Además, se combinan con sensores para analizar el impacto de cada aplicación de riego, aprendiendo y ajustando las recomendaciones para adaptarse a la realidad de cada parcela y cultivo.
En tierras mexicanas, esta tecnología ya ha sido implementada en los campos de algunos productores agrícolas del norte del país. Por ejemplo, Bayer ha implementado el programa CARLOTA, diseñado para optimizar la irrigación agrícola mediante el uso de algoritmos y big data. Durante su fase piloto, CARLOTA logró un ahorro de 3.1 millones de metros cúbicos de agua, contribuyendo significativamente a la sostenibilidad hídrica en la agricultura mexicana.
Además, Bayer ha tecnificado 9,400 hectáreas con sistemas avanzados de riego por goteo y aspersión, resultando en un ahorro de 1.68 millones de metros cúbicos de agua. Estas acciones forman parte de un compromiso más amplio de la empresa con la gestión responsable del agua y la sostenibilidad en el sector agrícola mexicano.
En resumen, la adopción de tecnologías basadas en inteligencia artificial está transformando la gestión del agua en la agricultura al permitir un uso más preciso y eficiente de este recurso vital. Proyectos como CARLOTA de Bayer evidencian el potencial de la ciencia de datos para generar ahorros sustanciales en el consumo de agua, optimizando los sistemas de riego y ajustándose a las necesidades específicas de los cultivos. Esta evolución tecnológica no solo favorece la sostenibilidad ambiental, sino que también posiciona a la agricultura mexicana como un referente en el uso inteligente de recursos naturales, impulsando una agricultura más resiliente y competitiva.
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