Los fertilizantes, los herbicidas e incluso las semillas forman parte del catálogo del mercado ilegal de productos fitosanitarios sin registro, adulterados o robados. La llamada “agropiratería” es una problemática que se calcula ha permeado entre 20 y 30% de los insumos a los que acceden los agricultores, de acuerdo con la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC).
Luis Eduardo González, coordinador nacional del Programa para el Uso Responsable de Agroquímicos (PURA) en la UMFFAAC, explica que es un fenómeno que ha crecido en los últimos años y que afecta la productividad agrícola. “Como nadie los detiene, no pasa nada y siguen en el campo”, dice para Hablemos del Campo.
La venta de productos fitosanitarios sin certificación es sancionada con una penalidad de dos a siete años de prisión y multa de hasta mil días de salario mínimo, de acuerdo con la Ley Federal de Sanidad Vegetal.
Sin embargo, González advierte que las autoridades no llevan un seguimiento de los agroquímico que se ofertan en páginas de comercio electrónico y que no ostentan las acreditaciones necesarias de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
“Es muy grave lo que está pasando, porque se está dejando crecer a seudo formuladores de productos orgánicos, de insumos fitosanitarios orgánicos, que no tienen ninguna regulación. No interviene Semarnat ni Cofepris ni la Senasica. No cuentan con agrónomos ni químicos responsables”, señala.
Para identificar un agroquímico ilegal, así como semillas piratas, debe verificarse que estén contenidos en un envase con sello de seguridad que no presente alteraciones, la etiqueta debe estar adherida y debe especificar la fecha de elaboración y de caducidad que, en promedio, es de dos años. La legislación además obliga a que el etiquetado esté en español y que se incluya el nombre del fabricante.
Los insecticidas y los fertilizantes o nutrientes vegetales requieren un Registro de COFEPRIS (RECO) que también debe imprimirse en la etiqueta. Aquellos sin registro o con la leyenda “en trámite” no cumplen con la normatividad.
En la información que la UMFFAAC distribuye entre los agricultores enfatiza que los productos pirata son aquellos que “no cumplen con las características de la etiqueta, no son avalados por ningún estudio de efectividad biológica ni toxicología”.
En su clasificación, esta asociación ha detectado que en México circulan insumos falsificados, de contrabando, sin registro o clonados, así como robados a la industria formal.
El etiquetado clonado puede identificarse porque el envase no corresponde con las característica del producto que contiene. En tanto que las semillas y los agroquímicos robados se venden a precios bajos y en establecimientos informales.
Los falsificados o adulterados son aquellos que contienen el ingrediente activo indicado, pero en una cantidad menor que puede ser poco efectiva en los cultivos. Mientras que los productos de contrabando son los que se comercializan sin que hayan aprobado los protocolos requeridos en el país para su aplicación, por lo que se corre el riesgo de que no cumplan con los objetivos del agricultor.
Referencias