- Se estima que en 2050 la población mundial se acercará a los 10 mil millones de personas. Una cifra impactante si pensamos en el cambio climático, la deforestación, la degradación del suelo y la falta de alimentos.
La agricultura sostenible se centra en procesos y métodos para mejorar la productividad del suelo y al mismo tiempo minimizar los efectos nocivos sobre el aire, el suelo, el clima, la biodiversidad y la salud humana. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desarrollo agrícola sostenible se define como “la gestión y conservación de los recursos naturales junto con una orientación del cambio tecnológico que garantice la continua satisfacción de las necesidades naturales para las actuales y futuras generaciones”.
Una agricultura sostenible conserva la tierra, el agua y los recursos genéticos vegetales y animales; no degrada el ambiente y es técnicamente apropiada, económicamente viable y socialmente aceptable.
Se basa en la conservación del ambiente, pero con una visión integral que no solamente contempla los ecosistemas, sino que considera también el bienestar social y económico. Fomentar la agricultura sostenible productiva, es la forma más efectiva de reducir la pobreza y alcanzar la seguridad alimentaria.
Una agricultura sostenible se contribuye con los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
- Fin de la pobreza
- Hambre cero
- Educación de calidad
- Igualdad de género
- Agua limpia y saneamiento
- Energía asequible y no contaminante
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Industria, innovación e infraestructura
- Ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsable
- Vida submarina
- Vida de ecosistemas terrestres
Además la alimentación y la agricultura sostenible contribuye a los cuatro pilares de la seguridad alimentaria: la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad. Este tipo de agricultura es una opción viable para frenar los efectos del calentamiento global gracias a técnicas como la siembra directa, que permite reducir drásticamente la erosión del suelo y los riesgos de contaminación de los ríos.
Los 5 principios fundamentales de sostenibilidad en la agricultura son:
1.- Modificar las prácticas actuales, es posible mejorar la productividad de muchos sistemas agrícolas y de producción de alimentos.
2.- La producción agrícola y de alimentos depende de los recursos naturales, por lo que se deben reducir los impactos negativos de cada uno de ellos.
3.- Asegurar que los productores tengan un acceso y control adecuado de la productividad de sus recursos para reducir la pobreza y la inseguridad alimentaria en zonas rurales.
4.- Los fenómenos meteorológicos, la volatilidad de los mercados o los conflictos civiles debilitan la estabilidad de la agricultura. Las políticas, tecnologías y prácticas que generan resiliencia de los productores ante estas amenazas contribuyen también a su sostenibilidad.
5.- La transición a una producción sostenible solo puede darse si hay un equilibrio entre iniciativas del sector privado y del sector público.
Si la transición se lleva a cabo de manera oportuna, traerá beneficios productivos, y sociales, que asegurarán una mejor producción, nutrición, medioambiente y una vida mejor para todos los habitantes.