Ser uno de los principales proveedores de materia prima para la producción de biocombustible ha permitido a la agricultura moderna generar empleos, mejorar su economía y proteger el medio ambiente. La agricultura moderna ya no se limita a producir alimento. Las nuevas políticas mundiales en materia energética y ambiental han reconfigurado su papel y la han convertido en una de las principales proveedoras de materia prima para la producción de biocombustibles.
Se trata en particular de biocombustibles líquidos para el transporte, como el etanol y biodiésel. El primero se obtiene a partir de los azúcares contenidos en el betabel, maíz, cereales y caña de azúcar, y el segundo se extrae del aceite de girasol, canola, soya, coco y palma.
De acuerdo con los expertos, esta reconfiguración de la agricultura se da gracias a la demanda de lo que se ha llamado bioenergía moderna y tiene tres ventajas: ambiental, social y económica.
La ventaja ambiental radica en la eliminación de residuos, lo que reduce la contaminación atmosférica a través de gases de efecto invernadero. A diferencia de la gasolina, el etanol contiene solo una cantidad mínima de azufre, por lo que al mezclarse ayuda a reducir el contenido de azufre del combustible y por ende las emisiones de óxido de azufre, componente de la lluvia ácida y factor carcinógeno.
En el aspecto social, la producción de biodiésel ayuda a la creación de empleos para la población rural, lo que da continuidad a la actividad agrícola y fortalece el desarrollo rural, además de reducir el desperdicio, de acuerdo con la FAO.
En cuanto a las estrategias económicas, los biocombustibles reducen la dependencia del exterior, dispersan la producción, ahorran divisas y subvenciones por desempleo, además de posibilitar el uso de todo el potencial agrícola de cada zona.
“Los biocombustibles son una herramienta importante para generar empleos y renta en el campo, para aumentar la seguridad energética y democratizar la estructura productiva de la energía en el mundo”, afirma la FAO.
Cerca del 85 por ciento de la producción mundial de biocombustibles líquidos es de etanol, cuyos mayores productores, Brasil y Estados Unidos, dan cuenta de casi el 90 por ciento de la producción mundial. El 10 por ciento restante se reparte entre Canadá, China, la Unión Europea (principalmente Francia y Alemania) y la India.
En tanto, la producción de biodiésel se concentra principalmente en la Unión Europea (a la que corresponde cerca del 60 por ciento del total), mientras que Estados Unidos aporta una contribución considerablemente menor. En Brasil, la producción de biodiésel es un fenómeno más reciente y el volumen de la producción sigue siendo limitado. Entre otros productores importantes de biodiésel destacan China, la India, Indonesia y Malasia.
Referencias
Biocombustibles y agricultura. Panorama técnico. FAO
Situación de los biocombustibles