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Agricultura en laderas

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La agricultura en laderas no se recomienda porque la fragilidad del suelo amenaza la productividad de la tierra. Esto sucede sobre todo en laderas empinadas donde la topografía es accidentada y hay riesgos de deslave, además, después del cultivo el suelo se desgasta y esto contribuye a inundaciones en los surcos.

Por otro lado, ajustar el suelo para que funcione a los agricultores implica un gasto que merma sus ganancias. Sin embargo, las comunidades que acostumbran cultivar en laderas lo hacen como consecuencia del aislamiento geográfico, la marginación y la falta de políticas que los ayuden a mejorar sus condiciones para tener mejores tierras donde cosechar.

En estas condiciones, los pobladores no tienen otra opción más que continuar con este tipo de cultivos con el objetivo de satisfacer sus necesidades alimentarias.

Las terrazas mexicanas 

A pesar de que los rendimientos son bajos, los agricultores de las laderas logran producir alimentos para la subsistencia familiar y los mercados locales. Esto lo logran gracias a un acervo de conocimientos del ambiente en el que cultivan y de un manejo consciente del suelo, el agua, la vegetación y las condiciones topográficas.

En México las terrazas agrícolas se construyen con un muro vertical con rocas o tierra y, en algunos casos, presentan zanjas. Funcionan como un sistema ecológico ya que con ellas pueden: 

  • Controlar la erosión del suelo 
  • Aprovechar el riego 
  • Proporcionar fertilidad al suelo 

Si bien estas técnicas modifican el paisaje, y no permiten la producción industrial, hay estudios hechos por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) en el Valle de Toluca y en Tlaxcala, en donde enfatizan la importancia de su manejo para desarrollar cultivos como maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus) y calabaza (Cucúrbita).

Este tipo de sistemas tradicionales en pro del medio ambiente se relacionan estrechamente con el medio geográfico. Funcionan a partir de que el conocimiento adquirido por los campesinos por generaciones se pone en práctica de acuerdo con las particularidades de cada región.

Es por eso que no incluye únicamente la parte agrícola, sino que también es importante para la división del trabajo, así como para las formas en las que se relacionan social y culturalmente. Así, los sistemas de terrazas agrícolas en estas regiones representan una estrategia que puede ser sustentable y fomentar el desarrollo local siempre y cuando se actualicen a modelos que consideren los cambios actuales.

Aplicar principios agroecológicos con los que se produzca de forma sustentable sólo es posible considerando un manejo integral de los componentes físicos, biológicos y socioculturales.

Fuente: CIMMYT y Scielo 

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