La composición del aire que respiramos afecta aspectos diarios de nuestra calidad de vida y no solo de la salud. Por ejemplo, en la zona metropolitana de la Ciudad de México, ha tenido repercusiones alrededor de temas de movilidad en transporte que se traducen a medidas como el “Hoy no circula”.
Un estudio llevado a cabo por Transeúnte (organización especializada en movilidad y espacio público), dio a conocer que los principales contaminantes del aire, y por lo tanto de nuestra vida, son el dióxido de azufre, plomo, benceno y monóxido. Cada uno de éstos, afectan de forma diferente al funcionamiento de nuestro cuerpo:
- Dióxido de azufre (SO2): ocasiona problemas al sistema respiratorio
- Plomo (Pb): dificulta la atención y el estado de ánimo
- Benceno: dificulta la absorción de oxígeno
- Monóxido de carbono (CO): lleva a la inconsciencia y, en ocasiones, a la muerte
- Ozono (O3): daña los pulmones
- Dióxido de carbono: ocasiona pulmonía
Otro aspecto que influye en la calidad del aire que respiramos es la altitud, es decir, los metros a los que estamos sobre el nivel del mar. Esto, porque existe una relación directa entre la altitud y el nivel de oxígeno que logramos respirar.
La Ciudad de México está a 2,500 metros sobre el nivel del mar (msnm), lo cual significa que naturalmente tenemos acceso a 13% del oxígeno respirable. En Guadalajara, con 1,500 msnm se respira 17% de oxígeno, mientras que, en Cancún, que está a nivel del mar se respira 25% de oxígeno.
Actualmente, el Centro para el Acuerdo Humano señala que la Ciudad de México ya no está catalogada como la más contaminada a nivel mundial, el Área Metropolitana es la que mayor concentración de ozono registra debido a las prolongadas horas de tráfico que ocasionan una mayor exposición a altos niveles de contaminación.
Sin embargo, uno de los mayores daños –con efectos que avanzan silenciosamente a nivel mundial – es el número de muertes que la contaminación del aire ocasiona y que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy en día registra alrededor de siete millones de personas al año.
¿Qué podemos hacer al respecto?, hay pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para contrarrestar el avance de la contaminación, sobretodo con el desafío de la creciente población. Por ejemplo: compartir el auto o usar en mayor medida el transporte colectivo; caminar o andar en bici, evaluar el uso de luz, gas y gasolina, evitar quemar cosas, aumentar las áreas verdes, entre otras.
En el caso de Monsanto hemos reforzado nuestra meta de duplicar los rendimientos de los cultivos asumiendo el compromiso de hacerlo con un tercio menos de recursos como tierra, agua y energía, por unidad producida.
Fuentes: UDEA, Veoverde, Ecoworking, ONU, Transeúnte.